domingo, 5 de noviembre de 2006

Hay gorro, bandera y vincha...

Y hay más todavía. Hay bombos, hay instrumentos musicales, hay banderas, muchas banderas. Hay un color rojo y otro blanco. Hay hinchas, hay hinchadas, canciones y gritos. Estoy yo, está mi amigo. Si, mi amigo el que me llevó a la cancha y que le agradezco porque vaya fiesta me estaba perdiendo.
Barragán y Rivadavia era el punto de encuentro luego del partido. Entonces, caminata, procesión del hincha hacia el estadio. - Generales para acá, plateas para allá! - grita el megáfono de un policia. - Entradas en la mano señores! - grita otro policía, y otro más y otro. Más camino, más emoción. El palpado de elementos contundentes, silenciosa violación encubierta. - Entradas en la mano señores! -. Ultimo tramo, ultimos pasos y finalmente, El Fortín en todo su esplendor. Atrás quedan los policías, y adelante una fiesta que promete. Y yo viviendo cada segundo intensamente y bebiendo de a largos sorbos del cáliz de la pasión futbolera.
Y meta semillitas, y meta morder y meta escupir. El arte de desenvolver esa semillita de placer, remedio santo de toda ansiedad. Un solo brazo en alto que viene y va al compás del cántico popular. Ah! y no te cuento de un personaje muy divertido que yo estoy convencido que se escapó de un dibujo animado. Mi amigo dice que es el pollito del dibu "La Vaca y el Pollito". En una de esas puede ser, porque bien parecido era. Tenías que verlo alentar a los hinchas al mejor estilo director de orquesta, y feliz, muy feliz de su aguda voz al canto de - Vamos Pincha! -. Ojalá lo veamos de nuevo, porque muy divertido.
La mamá de mi amigo dice qué lindo debe ser poder sentir la misma pasión de a muchos, cualquiera sea ésa pasión. Y cuando la mamá de mi amigo me lo dijo yo la miré y le hice que sí con la cara porque pienso lo mismo. Y entonces me acordé de un gol, me acordé de un tiro de esquina y de ver la pelota volar como si fuera un avión en busca de pista de aterrizaje. Y entonces alguien salta al cabeceo, y todos miran, y yo miro, y mi amigo mira, y la pasión se te mete en las venas y por un segundo no hay bullicio, hay silencio, hay esperanza, hay pasión. Y entonces gol. Y vuelta el bullicio, y la pasión toda se apodera de los hinchas, que gritan, que se abrazan, que sueñan, que cantan. Seguro esa es la pasión de la que habla la mamá de mi amigo, por eso pienso que tiene razón, solo que ella siente pasión por el tango junto con otros que seguro sienten lo mismo.
Señores dejo todo, me voy a ver al pincha. Mamá, yo quiero mamá que gane el pincha. Los jugadores me van a demostrar que salen a ganar, que quieren salir campeón. Acá está tu hinchada, que te sigue siempre. Y acá estoy yo, parado en el medio de la hinchada, saltando de acá para allá, viviendo la fiesta futbolera, entendiendo esta pasión popular. Al lado está mi amigo, que más tarde me va a abrazar cuando el silbato indique el fin, y juntos vamos a cantar y ser felices por un rato porque no nos vamos con las manos vacías. Porque aquella noche ganamos por un gol.
Gracias amigo. Hasta la próxima.

viernes, 3 de noviembre de 2006

Redundancias

...me regocijo en el placer de no ser por un instante. Sin pasado, sin historia y sin futuro. Y me dejo llevar, y quiero no sentir.
Un pulso de vida me devuelve, y mientras despierto siento la redundancia de la propia existencia. Vuelvo a ser, otra vez...

martes, 31 de octubre de 2006

Y vivieron felices y comieron perdices?

Y vivieron felices y comieron perdices?
Pero qué despropósito! Cómo es eso que para festejar la propia felicidad le quito la vida a estos pobres bichos. Desde que los malditos cuentos infantiles impulsan en sus últimas páginas la matanza indiscriminada de perdices, no hacen mas que convertirlos en bichos en vías de extinción! Qué culpa tienen ellos de la felicidad humana? Qué han hecho para que nosotros no paremos de comerlos cada vez que nos inundan unas gotitas de felicidad? Qué despropósito.
Y claro, cómo no quieren que los niños sean violentos después, si ya desde el nacimiento se duermen con la idea asesina de que acto seguido de la felicidad, pafate! ahorcar a una perdiz para festejar! Asi no va ésto. Y dónde está Greenpeace me digo yo!
Ya se, muchos pueden decir - che no seas exagerado, es solo un dicho! - pero todos sabemos que del dicho al hecho no es verdad que hay un trecho, hay solo un paso. Andá a saber cuánta gente se lo creyó y anda matando perdices por ahi nomás que para festejar su felicidad.
Siglos y siglos de matanza indiscriminada. Años, décadas y más todavía de crecer rodeado de dichos que nos enseñan a que para obtener la felicidad completa, alguien tiene que morir. Dónde quedó eso de que mis derechos terminan donde empiezan los del otro? Acaso la pobre perdiz no tiene derecho a andar por la vida sin ser carne de festejo? Y claro, ya para cuando llegas a la escuela primaria, no hay enseñanza que alcance para despojarte de ése instinto asesino, si las propias madres muchas veces nos solían dormir al grito de "Y fueron felices, y comieron perdices". Pichón de asesino salís!!
Si ya tuviste el coraje o la suerte de alcanzar unos gramos de felicidad, para qué salir a trabajar en busca de una perdiz para completar el festejo! Disfrutá de esa felicidad sin más, que después se escapa!! O acaso a vos te gustaría que una perdiz te devore a vos porque tuvo apenas un instante de felicidad?
Por otro lado pienso, qué hacen las perdices cuando son felices? Se comen entre ellas? No tientan a la felicidad por miedo a que las agarré y ahí nomas tener que desbancar a alguna otra perdiz? Si de golpe alguna perdiz se pone feliz, ahí nomás sus pares la atan hasta que se le pase? O simplemente se bancan la felicidad solitas sin molestar a nadie? Cómo terminarán lo cuentos de las perdices que son felices?
La cuestión es que yo repudio que los cuentos que me cuentan terminen de ésta forma. Me niego a pensar que los cocodrilos que se duermen, son después una linda cartera para las señoras paquetas. Me niego. No lo quiero, no lo acepto. Ojo, yo quiero ser feliz, pero me la banco solito, después de todo, nadie tiene la culpa de mi felicidad, ni siquiera las pobres perdices.
Y vivieron felices y comieron perdices? Qué burrada mi Dios.

domingo, 22 de octubre de 2006

Bajo algún sol de un día domingo

Yo digo que si, que no hay nada mejor que una tarde soleada con amigos!
Si si, ya se que hay montón de cosas lindas en la tardes soleadas, que por suerte este mundo ofrece en vidriera más de una "Promo para Tardes con Sol", pero vamos, las tardes soleadas con amigos son realmente más que interesantes.
Cuestión que parece ésta tarde de Octubre el sol estuvo de buen humor ya que se encargó con todas sus fuerzas de tostar las pieles sudadas de los fieles que como nosotros, claro si, mis amigos y yo, le rendíamos culto en relajadas posiciones que muy cómodamente ofrecía el pastizal de la diagonal que vendría a ser una especie de autopista del placer, mas o menos como el tunel que dijo ver Victor Sueiro cuando casi se nos va de éste mundo hace unos años atrás y que tantos beneficios le trajo el "viaje suspendido".
Claro, a ver si me explico mejor, algunos podrían decir que de imaginarse el caminito ése que tiene una lamparita al final que indica la entrada al paraíso, de seguro sería como la diagonal 74 en su mayor esplendor de domingo soleado.
Lo importante es que ésta tarde, la de hoy de Octubre, ahí estabamos con mis amigos desparramados sobre mantitas en "composé", mates y alimentos campestres peleando codo a codo por no quedar fuera de la tela para que el pastito no te pique minutos mas tarde. Lo importante es resaltar que no hay nada como esos instantes para sellar acuerdos amistosos, que no existen momentos mas propicios que éstos para delinear los cimientos de lo que se espera sea una linda amistad.
Ojo, tampoco es todo color de rosa en la diagonal del paraiso, eso seguro que no.
Ni que hablar de unos pequeños demonios que encima vuelan y que se parecen a los mosquitos - otros seres despreciables - que se encargan de arruinarte la tarde de a ratitos. Yo estoy convencido que son mensajeros del diablo. Lo jodido de todo ésto es que te pican y te van apareciendo unas ronchas de tamaños inmensurables que van degradando tu imagen hasta convertirte en Cuasimodo (el bichito feo que vive en una catedral de París). Eso sumado al pastito verde que también pica, como los pulóveres que hacen las abuelas, y que uno piensa que son éstos pequeños demonios, entonces te la pasas de chasco en chasco autoflagelándote el cuerpo para exterminarlos, sin darte cuenta que seguís cooperando a la degradación de tu imagen. Muy desagradable ésto, lo juro.
Están los que llegan en moto - como uno de mis amigos -, los de a pie, los ciclistas, los que van en auto - como una de mis amigas -, los que los manejan y los que acompañan y buscan radios o intercambian CD al mejor estilo copiloto. También están los que van lookeados, los que no tanto y los que se olvidaron el buen gusto allá lejos, en algun lugar que ya ni saben dónde quedó. Están los que ponen música para unos pocos, y los que despuntan el vicio de DJ's fracasados mostrándonos a los demás cuán fuertes pueden sonar sus flamantes parlantes y cuán fea es la música que pueden escuchar. Están los novios, están las novias, están los enamorados, los amantes, están los que alguna vez fueron y ya no son, están los que recién empiezan a ser.
Y también, y más importantes claro, estamos nosotros, mis amigos y yo, ahí en el medio, o a un costado, disfrutando de éste paisaje de domingo, de éste collage primaveral, soñando a futuro, maldiciendo al maldito lunes que ya es inminente y del cual no podemos escapar. Ahi estamos, tostándonos las pieles, mateando codo a codo en la mantita, escuchando el remix natural de la mezcla de músicas vecinas, y de la propia. Riendo, durmiendo, comiendo. Arriba el sol, el mejor testigo de que ésto es verdadero. Abajo nosotros, más abajo el pastito verde que pica, también los mosquitos, los pequeños demonios, mas música, mas mezcla, mas charla, mas amigos.
Ahora es tarde y ya tengo sueño, pero mientras apago la luz y el día parece llegar a su fin, mientras cierro los ojos y pienso, nos veo en ésta tarde de Octubre, con el sol arriba y nosotros, siendo amigos.
Te gustó? A mi si. Hasta otro día.

martes, 10 de octubre de 2006

...Ni aún vencido


No se puede sin intentar,
no se puede.
No se vive sin intentar,
no se muere tampoco.
Una y otra vez,
y otra más, y otra.