No hay peor silencio que el que no se quiere oír. Casi diría que no existe ruido mas doloroso que el silencio huerfano de uno mismo.
Como una sombra que no dice nada, sin forma, inquietante, se refleja a cada instante y aparece entre palabras, en cada pensamiento. En el ocaso de cada sonido existe este silencio, que cubre de vacío toda posibilidad, y golpea incesantemente la puerta del cuarto donde habita la cordura.
Mientras miro hacia otro lado, y finjo indiferencia, me lleno el alma de canciones sin finales pues no quiero mirarlo. Es que no quiero.
Un susurro, un murmullo...como un chamuyo de barrio, como los dimes y diretes, asi vienen éstas anecdotas, que viven como el primer día, que respiran como el que más. Lo que no tiene relación, lo que sale porque si. Ahí, junto a la Biblia y el calefón, ahi en el medio estoy yo, me presento.
lunes, 30 de noviembre de 2009
domingo, 1 de noviembre de 2009
De verdades
Nunca es triste la verdad? Solamente es que no tiene remedio? Bueno, que se yo...a veces la verdad duele tanto que preferiría vivir entre mentiras piadosas. Dicen por ahi que a los ojos que no ven le corresponden corazones que no sienten.
Mentiras piadosas, solo verdades que no duelen, ojos que no ven para no sentir, y corazones que no sienten por no ver las verdades impiadosas.
Mentiras piadosas, solo verdades que no duelen, ojos que no ven para no sentir, y corazones que no sienten por no ver las verdades impiadosas.
jueves, 12 de febrero de 2009
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